Hay parques infantiles a los que vamos cada día por que están cerca de casa, parques infantlies a los que vamos por que nos quedan cerquita del cole y hay parques infantiles que vamos porque, por lejos que se encuentren, simplemente molan.
Existen muchos tipos de parques, de madera, de metal, de resina; parques que no parecen pensados para niños por los la altura que tienen y por la poca seguridad que ofrecen y parques que cuando los ves piensas: este lo ha diseñado una madre.
Y, definitivamente de éstos últimos quería hablaros; de los parques que molan, de los parques pensados para niños en su totalidad. De los parques que solo al verlos los peques quedan boquiabiertos y al probarlos absolutamente enamorados.
Se trata del Parque del Barco de Chiva, sito en el paseo de Argentína, lugar céntrico y emblemático de la población.
Su visión ya es, cuanto menos, impresionante.
Su gran tamaño da lugar a pensar las mil y una aventuras que podrán recorrer en su interior.
Toboganes, subidas, túneles en su interior…. el sueño de cualquier piratilla.
Un parque donde, todo está bien rematado, no hay puntas ni astillas, todos los accesos y pasadizos están cubiertos, no queda casi ningún hueco por donde puedan caer los niños. Y digo casi, por que solo le he encontrado un fallo de seguridad, que es este.
Dada la altura del tobogán y la » manía» que tienen los peques de agarrarse a las barandillas horizontales para balancearse en vez de cogerse, pienso que debería exigir un cubre tobogán, haciendo de barrera, aunque fuese para cubrir tramo más alto.
Pero en lineas generales es el parque más seguro de todos los que he visto hasta ahora.
Diversión asegurada para grumetes y piratas.